Príncipe Don Carlos (1545-1568)

La vida de Don Carlos estuvo marcada por tres factores: Endogamia, malaria y una mala caída.
Hijo de Felipe II y Maria de Portugal  (primos hermano) era el heredero natural a la corona. Huérfano de madre a los cuatro días de nacer, fue criado por sus tías
Un niño débil física y mentalmente. Sufrió un brote de malaria a los 11 años que le marcó fisicamente deformando su desarrollo. A partir de entonces desarrolló un carácter sádico con animales y sirvientes.
A los 18 años sufrió una caida persiguiendo a una cortesana. Prácticamente dado por muerto le practicaron una treparación que le salvó pero le produjo unos daños cerebrales irrecuperables.
Las fiebres provocadas por la antigua malaria eran cada vez más frecuentes, empeorando aún más su temperamento impulsivo y violento, protagonizando numerosos episodios en la corte y burdeles.
En 1564 el rey le nombró miembro del Consejo de Estado para fingir normalidad. Dos años más tarde los Países Bajos se revelaron cotra Felipe II y este mandó al Duque de Alba para sotocar la revuelta.
Don Carlos obsesionado con los Países Bajos se alineó con los conspiradores, en contra de su padre, y cometió el error de contar sus planes a su tío y amigo Don Juan de Austria.
El general informó al rey, el 18 de enero de 1568 arrestó a su hijo. La locura se apoderó de Don Carlos que dormía con nieve en el colchón y bebía agua helada y se puso en huelga de hambre.
Seis meses después de su cautiverio murió a los 23 años de edad en el Castillo de Arévalo

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